2020-01-21, El Mundo, by Silvia Moreno
“Me imagino que la vida de un contratenor será casi como la de un monje de clausura: nada de excesos, ni salidas nocturnas…
No es mi caso. Cuando tengo la posibilidad de olvidar mi voz, lo hago. Por ejemplo, antes de la gira tuve dos semanas libres para disfrutar de la vida, los amigos, el vino, un poquito de fiesta… Es importante para mí. No quiero ser un esclavo de mi voz. Es cierto que mi vida no es normal: tengo muchos viajes, mucha presión…” […]
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